Temido por su fuerza y agresividad, entra al terreno de juego un personaje enigmático y solitario. Muchos lo ven como un héroe fantástico, mitológico, salido de otro mundo; los demás lo consideran un villano, el enemigo #1 del gol, a quien hay que intentar derrotar a como de lugar.
Su figura gigantesca e imponente se apodera del arco, un espacio ancestral que vigila de manera implacable y que defenderá hasta la muerte.
Desde el pitazo inicial, el que alguna vez fue humano se transforma en un feroz guardián, soportando una tras otra las fuertes embestidas de aquellos que solo pueden juegar con los pies.
Lo que pocos saben, es que este personaje paradójico y único en su especie, es un guerrero impenetrable que jamás permitirá corear el grito de gol en las tribunas del sagrado templo del fútbol.